Las circunstancias que se han vivido durante el último año y medio han sido un caldo de cultivo excelente para las teorías conspiratorias y el afloramiento de la estupidez humana.
De qué seríamos capaces los onubenses si pusiéramos ese mismo optimismo desaforado en otros asuntos de mayor relevancia para nuestra propia felicidad y para el devenir futuro de nuestra vida.
Y es que, desde que se empezara a dispensar la ansiada vacuna contra la Sars-cov 2 no han dejado de aparecer casos de caraduras que han hecho de su carguito un sayo y que han aprovechado para…