sábado. 05.10.2024
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IU y Ecologistas alertan de la “desertificación y erosión” de la Cuenca desde el fuego de 2004

IU y Ecologistas alertan de la “desertificación y erosión” de la Cuenca desde el fuego de 2004

Reclaman "coherencia" al Gobierno andaluz para que "reoriente" su política forestal, que se vuelca en la lucha contra los incendios forestales, mientras que "se conceden autorizaciones ambientales para transformaciones de uso forestal a agrícola".

IU y Ecologistas en Acción han reclamado este lunes "coherencia" a la Junta de Andalucía y un "compromiso urgente para parar la destrucción del bosque mediterráneo" de Huelva. Ambas organizaciones ha hecho un llamamiento a los poderes públicos andaluces a rectificar y reorientar la contradictoria y errática política forestal que vienen adoptando, para reconducir el objetivo de la Administración en materia forestal hacia el "cumplimiento del mandato estatutario de poner en marcha los mecanismos adecuados de lucha contra la desertificación, la deforestación y la erosión en Andalucía".

En este sentido, han instado a los poderes públicos andaluces a poner en marcha de una vez por todas los mecanismos adecuados de lucha contra la desertificación, la deforestación y la erosión en Andalucía, según manda el Estatuto de Autonomía, y subraya el calificativo "adecuados" en la norma, porque esta región son dos los principales agentes favorecedores de la pérdida de los bosques y el suelo en la provincia de Huelva: los incendios forestales y las talas autorizadas para las transformaciones de uso forestal a agrícola.

Subrayan la lucha contra los incendios y el trabajo del Infoca, pero lamentan paralalelamente que se aprueben Autorizaciones Ambientales Unificadas (AAU) para l transformación de uso de forestal a agrícola que, "en muchas ocasiones suponen la destrucción de cientos de hectáreas de masas forestales existentes en la provincia, el mismo bosque mediterráneo que se considera una prioridad y se pretende proteger con una fuerte inversión en prevención y extinción de incendios forestales".

De esta manera, para IU y Ecologistas en Acción , esta prioridad de defensa forestal "pierde toda eficacia y toda relevancia" y además, se convierte en una "contradicción que demuestra la política errática e incoherente" por parte de la Administración andaluza.

En este sentido, Ecologistas en Acción e Izquierda Unida reclaman a la Junta de Andalucía que se suspendan los trabajos de transformación de suelo forestal a agrícola en la Finca Casasola, de Zalamea la Real, y comience a rectificar su nefasta y errática política en materia forestal en la provincia de Huelva. Ambas organizaciones consideran que con ese proyecto se están produciendo irregularidades e incumplimientos que pueden ser constitutivos de delito ambiental y así se ha puesto en conocimiento de la Delegación de Medio Ambiente en Huelva, del Defensor del Pueblo Andaluz y del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, y en breve se elevará a la Fiscalía. En este momento, Ecologistas en Acción está a la espera de la admisión a trámite por parte del Defensor del Pueblo Andaluz.

La Finca Casasola se encuentra contigua a los terrenos afectados por el incendio forestal ocurrido en 2004 que calcinó unas 34.000 hectáreas de Huelva y Sevilla, siendo 180 de la propia finca. Entonces, esta finca de 560 hectáreas era propiedad del Instituto de Crédito Oficial, al que se la compró la Diputación de Huelva tras el incendio, y posteriormente la vendió en 2007 a la empresa frutícola Rio Tinto Fruit S.A. por algo más de 1,1 millones de euros. Los terrenos afectados por el incendio fueron incluidos en el plan de restauración integral forestal que la Junta de Andalucía ejecutó con una inversión de 70 millones de euros por la UE y la AELC; un plan que, sin embargo, no incluyó la superficie afectada por el siniestro dentro de la finca de Casasola, donde el proceso de regeneración natural de la vegetación arbórea y de matorral ha sido totalmente espontáneo.

Por aquella fecha, en 2007, la Plataforma Fuegos Nunca Más preveía y anunciaba el desastre: "Lo que el fuego no había arrasado iba a ser destruido por las máquinas con ese nuevo expolio de terrenos forestales en la Cuenca Minera, vendidos a una empresa con clara vocación agrícola de cultivo de naranjos que entonces ya contaba con unas 3.000 hectáreas en la Comarca para esa explotación".

En efecto, la empresa obtuvo a finales de 2011 la Autorización Ambiental Unificada (AAU) por la Delegación de Medio Ambiente de Huelva, necesaria para transformar la finca de uso forestal a agrícola, a pesar de las grandes pendientes que tienen la mayoría de los cabezos y montes que se encuentran allí, y de los bosquetes de pinos, alcornoques, encinas, piruétanos con matorral noble mediterráneo de brezales, romeros, jaras, cantuesos, que se encargan de retener el suelo, protegerlo de la erosión y fomentar la biodiversidad, la presencia de abejas y de tratarse de uno de los pocos enclaves forestales que sobreviven a los incendios forestales que tanto castigan a esta provincia andaluza. Un terreno cuyas pendientes hacen imposible a todas luces cualquier tipo de cultivo, sin que previamente se haga un aterrazamiento del mismo, con el consiguiente impacto negativo, destrucción del perfil y la pérdida de suelo que ello conlleva.

Más aún, la AAU plantea una serie de condiciones de obligado cumplimiento por parte de la empresa Rio Tinto Fruit en la ejecución de la transformación de suelo, a modo de medidas protectoras del suelo, la biodiversidad y el bosque mediterráneo, si bien Ecologistas en Acción ha podido constatar que ese condicionado ha sido incumplido persistentemente por la empresa, y que la falta de seguimiento y control por parte de la Administración Ambiental está permitiendo que la situación derive a un punto irreversible de destrucción de este enclave forestal.

A ello se suma la circunstancia de que no sería la primera vez que Rio Tinto Fruit compra terrenos forestales, obtiene la autorización correspondiente para su transformación a uso agrícola, y después de llevarla a cabo y explotarlo por un breve plazo, abandonar la explotación y venderlo en estas nuevas condiciones, como fue el caso hace unos años con la valenciana Fruxeresa S.L.

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