miércoles. 02.10.2024
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Discurso de Gabriel Cruz en su toma de posesión

Discurso de Gabriel Cruz en su toma de posesión

"Buenos días,

Autoridades, compañeras y compañeros de la Corporación, representantes de diferentes colectivos de la ciudad, familiares, amigas y amigos que hoy nos acompañan en este acto, ciudadanas y ciudadanos de Huelva.

El pasado 24 de mayo, los y las onubenses decidieron en el acto más democrático, libre y que nos iguala a todos y todas, un cambio para Huelva que tengo el orgullo de liderar de la mano y con la participación de los ciudadanos y ciudadanas.

Deseo en primer lugar transmitiros mi inmensa felicidad y mi gratitud por la confianza que habéis depositado en mí, una confianza con la que comienza un nuevo ciclo en este Ayuntamiento y que sin duda va a suponer cambios de gran calado en la vida de nuestra ciudad.

Desde este momento me marco un objetivo en el que todos debemos estar de acuerdo: un futuro esperanzador que se gane desde hoy mismo, desde el presente.

Y lo vamos a conseguir con un gobierno valiente, fuerte, con mucha capacidad de diálogo, participativo y transparente.

En un momento de crisis política, económica y social, todos los procesos de toma de decisiones deben ir acompañados de empatía. Entender al que piensa diferente y hacer el esfuerzo por comprender la posición del que tiene otra visión del mundo son ingredientes necesarios para hacer política. Y porque estoy firmemente convencido de ello, expreso mi compromiso de dialogar y colaborar con todos los grupos políticos que conforman esta cámara.

Deseo consolidar una nueva forma de hacer política, más democrática porque implica mayor participación y mayor protagonismo de los y las onubenses. Un Gobierno abierto con el que vamos a devolver el poder a la sociedad, a Huelva. Y con ello, estoy convencido, también seremos más eficientes.

Una de mis obsesiones es la participación. La sociedad nos ha demostrado que va por delante de las instituciones y de los partidos políticos, y tenemos que reaccionar. Nos han dicho que quieren dejar de ser meros espectadores y convertirse en protagonistas, y conmigo van a tener los canales y las herramientas para serlo.

Nuestro principal reto tiene que ser recuperar a la ciudadanía. Y la solución no son sólo los nuevos modos de comunicación, sino más sinceridad. Deseo que la gente vuelva a confiar en la política, a ilusionarse con ella y a verla como un instrumento necesario para transformar la realidad. Pero este cambio debe nacer de la propia política, de nosotros mismos, aceptando y corrigiendo los errores.  

Hoy me dirijo a ustedes como alcalde porque hace 20 días una mayoría de onubenses mostraron también su apoyo a un modelo de gobierno participativo, dialogante y muy transparente.

Hemos comprometido numerosos canales y vías para que la participación real y efectiva de la ciudadanía sea posible.

Y queremos abrir también las puertas y ventanas de este ayuntamiento para devolver la confianza y la seguridad a los ciudadanos. Haremos una gestión transparente, sin nada que ocultar, y donde se podrán conocer las decisiones, los gastos y las medidas aprobadas.

Son los ciudadanos y ciudadanas los que deben cambiar de mentalidad y entender la importancia de este derecho. Han de exigirlo a todo representante público, incluso más allá de lo que determina y obliga la Ley de Transparencia.

Siempre he dicho que para un político no hay nada más gratificante que convertirse en el alcalde de su ciudad, y es que estoy convencido de que desde un ayuntamiento se puede cambiar la vida de las personas. Eso es lo que quiero hacer al frente de este Consistorio: ayudar a los y las onubenses, y no dejar a nadie por detrás.

Y para conseguirlo hay que estar siempre atento, con ilusión, con ganas, con ideas. La vida municipal es muy exigente. Lo sabéis muy bien quienes ya habéis sido anteriormente concejales, sobre todo los del equipo de Gobierno.
Por eso, mi plan de ciudad es para ocho años, el tiempo que considero apropiado para desarrollar un proyecto rindiendo, personal y políticamente, al máximo. Es lo menos que le debemos a la sociedad onubense.

Desde este mismo momento quiero que sepan que seré el alcalde de todos y todas. El alcalde de aquellos y aquellas que me votaron y de los que no, y, sobre todo, el alcalde de quienes tienen más dificultades. Ellos son los que más nos necesitan y a los que no podemos defraudar. Seré el alcalde de los problemas pequeños y, por supuesto, el de los grandes. Ningún tema ni asunto será ignorado por mí, ni por el nuevo Equipo de Gobierno.


Da igual si un asunto está dentro de las competencias de este Ayuntamiento o si no lo está. Todo lo que preocupe y quite el sueño a un ciudadano de Huelva será mi competencia. Algunos problemas los podré solucionar directamente y, en otras ocasiones, haré de interlocutor incansable hasta conseguir el objetivo.

En la práctica, se puede decir que no se conoce realmente al gobernante hasta que no se dispone a abordar una crisis.

Cuando vivimos bajo la presión y los efectos de una crisis tan grave y profunda como la presente, debemos ofrecer un relato creíble sobre la situación y sus posibles salidas, adoptando decisiones, proporcionando sentido a nuestras acciones y aprendiendo para tratar de que no se repita.

Decía que todos los problemas son competencias de este ayuntamiento. También la crisis. Estoy firmemente convencido de que desde el ámbito local podemos y debemos hacer muchas cosas. Aunque en las crisis mandan los grandes mercados y las operaciones financieras que están a miles de kilómetros, siempre quedan parcelas en el ámbito local para que las personas puedan desarrollarse personal y laboralmente.

Tenemos que volver a generar la ilusión que permita a la gente tomar las riendas de su propia vida. Miremos las caras de las personas que están desempleadas, seamos capaces de sentir lo mismo que ellos sienten y busquémosle soluciones.

Como decía Cicerón, ‘Cuanto mayor es la dificultad, mayor es la gloria’. Tenemos este imponente reto por delante y nos vamos a dejar la piel y el alma.

Y para devolver la ilusión y la dignidad que la crisis nos ha arrebatado, el empleo es y será la prioridad, la absoluta prioridad. Nos sobran razones para ello. Concretamente 18.884 razones. Detrás de este número, hay sueños, hay miedos y hay deseos por cumplir. Y yo quiero contribuir a que se cumplan. Hoy firmo ese compromiso.

Hablo en nombre de todos y todas cuando digo que aspiramos a tener una ciudad que progresa pero que también es solidaria. No es un secreto que la situación del Ayuntamiento no es buena, y que se requiere “economía de guerra”. Pero ante la dificultad, tenemos que generar “economía de ilusión” porque estoy convencido de que con esfuerzo y trabajo se puede enmendar la situación. Y tenemos que hacer una “economía de compromiso” para dar refugio a quienes peor lo están pasando.

Y en este marco quiero situar a las empresas públicas del Ayuntamiento. Deseo relanzar el espíritu y la razón de ser de estas empresas, que no son otros que estar al servicio de los ciudadanos y ciudadanas prestando servicios públicos de calidad.

La estabilidad, la sostenibilidad y la excelencia de los servicios públicos y de las empresas que los prestan son objetivos irrenunciables y un compromiso de este alcalde.

Ni el objetivo de una empresa pública debe ser incrementar las arcas de un ayuntamiento ni el déficit puede ser una excusa para dejar de hacer. Por tanto, vamos a poner todo nuestro empeño en recuperar la estabilidad de las empresas públicas con dificultades para devolver la tranquilidad a los trabajadores y trabajadoras, y para que continúen prestando servicios de calidad.

La situación económica del Ayuntamiento nunca puede ser un obstáculo ni una excusa para la indolencia. Debemos convertirnos en aliado contra las dificultades, sobre todo las prioritarias como el empleo, la vivienda digna y los suministros básicos.

Las crisis vienen acompañadas también de oportunidades. Es el momento de aprovecharlas y de sacar el máximo provecho a todo lo que tenemos. No nos podemos permitir el lujo de que exista ningún recurso ocioso. Todo lo que tenemos ha de estar en activo, y debemos poner al servicio de los sectores económicos de la provincia nuestra ciudad como centro logístico.

Porque Huelva mira a la ría. Pero también mira al Andévalo y sus minas; y mira a la Costa y a sus playas; y mira a la Sierra y a su potente industria cárnica. Y mira al Condado, a su entorno natural y a sus tradiciones.

Los sectores económicos de la provincia son fuentes de oportunidades para Huelva. Porque el turismo de Huelva no puede ser sólo las playas. Las fresas, las minas, los cárnicos, los cítricos…. Como capital de la provincia que somos, todo puede y debe pasar por Huelva. Y, como me han dicho en muchas ocasiones, la provincia nos está esperando.

Huelva ejercerá la capitalidad con liderazgo, y será una interlocutora eficaz y decidida ante otras administraciones públicas y entidades privadas.

Y ejercer la capitalidad significa también ponerse al frente de las reivindicaciones de la provincia. Los problemas de la provincia también son los problemas de la capital. Son los problemas de Huelva.

Y hay uno urgente y necesario que debemos solucionar: la falta de infraestructuras de comunicación. Les anuncio que una de mis primeras acciones será integrar al Ayuntamiento de Huelva en la Agrupación de Interés por las Infraestructuras, donde está representada la práctica totalidad de la sociedad onubense. Uniremos nuestra voz a las del resto de instituciones, organizaciones y entidades para sacar a Huelva del aislamiento. Nuestro desarrollo económico pasa por estar bien comunicados con el resto del mundo. Y nos vamos a poner al frente de esa reivindicación.

Huelva está enclavada en un entorno natural y ofrece unas cualidades físicas y paisajísticas que nos pueden proporcionar muchas oportunidades. El Conquero, la ría, las marismas… espacios aún por descubrir y que junto con la cultura, la historia y nuestras tradiciones pueden reportarnos beneficios económicos y sociales que debemos aprovechar.

Somos lo que somos. Somos como somos por los tartessos, los romanos, los árabes, pero también por los ingleses, por el fútbol y por los fandangos. La ciudad más antigua de Occidente no debe y no puede renunciar a su bagaje cultural, y tampoco dormirse en su pasado, sino que tiene que agarrar con fuerza el futuro.

Quiero una "nueva cultura" para Huelva, una cultura que no separe lo tradicional de lo moderno, una "nueva cultura" que integre lo colombino, lo cofrade y lo carnavalero con el talento creativo de muchos y muchas onubenses que llevan años clamando por tener espacios de expresión artística, musical y cultural.

La cultura es una necesidad que debemos poner al alcance de todos: desde el Matadero al Seminario, desde Los Rosales al Molino de la Vega. Pero también es una oportunidad, un recurso que, a través de las nuevas tendencias y expresiones artísticas, tiene que contribuir a engrandecer Huelva, a reforzar nuestra capitalidad, a hacer de la vieja Onuba un foco de atracción y que nos permita ofrecer lo mejor de nosotros mismos.

Tenemos que volver a mirar a América. El espíritu colombino se encuentra entre nuestras señas de identidad, y debemos aprovecharlo como una oportunidad para el intercambio cultural, económico y social. Recuperemos nuestra vocación americanista.

Estoy convencido de que Huelva puede ser de nuevo la capital de Iberoamérica en Europa, por eso tiendo mi mano a todas las entidades y organizaciones que trabajan porque la llama del continente hermano siempre permanezca viva en nuestros corazones.

Se abre un nuevo tiempo de colaboración con los sectores económicos y empresariales  de la capital. Porque el Ayuntamiento nunca puede ser un obstáculo para el desarrollo, sino la cabeza tractora de este gran proyecto que es Huelva.

Y la Universidad no puede permanecer al margen. Una universidad como la de Huelva, por sus dimensiones y por sus especialidades, debería devolver a la sociedad onubense un valor añadido mayor. Tenemos que hacer autocrítica, porque creo que ninguno hemos sabido articular y engranar ese desarrollo.

La Huelva del siglo 21 no se entiende sin su Universidad, y la Universidad de Huelva no se entiende sin la sociedad onubense.

En esta alianza con otras administraciones, tenemos que mirar a la Autoridad Portuaria de Huelva, el verdadero motor de desarrollo en la capital y artífice de importantes cambios en la configuración física de Huelva. Con nuestro querido Puerto tenemos que ir de la mano en los proyectos que actualmente está ejecutando. Porque, si la ciudad de Huelva no se entiende sin la Universidad, tampoco se entiende sin el Puerto. Juntos somos más fuertes, y desde este momento muestro mi disposición a profundizar en nuevas vías de colaboración.  

Físicamente, Huelva es una ciudad por construir, aún con numerosos proyectos sin desarrollar. El reto que asumo es abordarlos. Soy consciente de que los tiempos han cambiado y de que, quizá, lo que se había planteado para una zona ya no es viable. Pero eso no significa que nos quedemos parados viendo cómo se degradan esos espacios con el paso del tiempo, sin soluciones que aportar.

Si algo ya no es factible, hay que redefinirlo. Aunque la mayor parte de los suelos del Ensanche Sur o del antiguo mercado del Carmen son privados, el Ayuntamiento tiene mucho que decir y que arbitrar para que no sigan siendo zonas inertes, que aportan mala imagen en el mismo corazón de Huelva.

Desde hoy mismo estoy en disposición de trabajar para que el centro de salud de Isla Chica sea cuanto antes una realidad. Es un objetivo prioritario y un compromiso personal como alcalde, porque los vecinos ya han esperado demasiado tiempo. Se lo debemos.

Vamos a construir una ciudad amable y transitable. Este nuevo equipo de gobierno ve a Huelva en un futuro no muy lejano como una ciudad referente, moderna, pujante y ambiciosa. Pero, sobre todo, solidaria y justa, de la que todos y todas nos sintamos orgullosos e integrados.

Quiero contar con los vecinos, los empresarios, los comerciantes, los sindicatos, los colectivos sociales, culturales, económicos… Todos somos Huelva y tenemos mucho que decir. Ésa será nuestra fortaleza para hacer frente a las debilidades que hoy tenemos, pero que pronto quedarán superadas.


Conformaremos un gobierno riguroso, que priorizará los gastos de funcionamiento en lo que verdaderamente preocupa a los ciudadanos.

Para ello, voy a reducir el sueldo del Alcalde un 10% y las tenencias de alcaldía a un máximo de tres, así como minimizar un 20% el gasto en asesores. También eliminaremos gastos que entendemos superfluos como la seguridad privada del alcalde o la contratación de servicios externos cuando exista personal municipal capacitado. Y gestionaremos para evitar recargos e intereses de demora. Quiero transmitir mi confianza y seguridad en que la situación económica del Ayuntamiento, con gestión se vence. Y los compromisos, con trabajo y con rigor se cumplen.  

Y no me olvido de un reto fundamental y necesario que tenemos con nuestra salud y el medio ambiente: la solución a las balsas de fosfoyesos. Ante todos vosotros digo una vez más que no asumo las balsas como paisaje de futuro de Huelva, y voy a tener la oportunidad de demostrar estas palabras.

En esta etapa que hoy comenzamos, se conseguirá la mejor solución y con mayores garantías para la salud y para la recuperación real de los terrenos. No se va a perder ni un minuto más. Desde ya, vamos a buscar, rebuscar e indagar respuestas con la colaboración de expertos.

Está pendiente desde hace nueve meses la tarea de encargarle al Consejo de Seguridad Nuclear el estudio del proyecto presentado por Fertiberia, así como la presentación de otras alternativas posibles. Ya no hay tiempo que perder y esa será una de las primeras actuaciones que realice como alcalde.

Hay mucho trabajo por delante, y eso me gusta. Llevo cuatro años trabajando por Huelva en el ámbito municipal y me apasiona. Estar en la calle, con la gente. En este tiempo no he perdido la perspectiva de por qué estoy donde estoy y para quiénes trabajo: para los y las onubenses.

Y soy optimista. Todo esfuerzo tiene su recompensa. Hay que trabajar muy duro, pero así somos los y las onubenses. Nadie nos ha regalado nada. Hemos forjado nuestro destino y así seguirá siendo.

Hay muchas tareas y trabajo por delante, pero cuento también con la eficaz y comprometida labor de los trabajadores públicos de este Ayuntamiento, a los que les agradezco de antemano sus esfuerzos.

Vaya por delante mi máxima consideración a los miembros de la Corporación saliente y en particular, a quien me ha precedido en la Alcaldía, don Pedro Rodríguez González, quien, doy por hecho, ha dejado lo mejor de sí mismo por esta ciudad. Muchas gracias Pedro.

A los compañeros y compañeras de la oposición les queda un trabajo por delante de fiscalización y de construcción de la ciudad. Éste va a ser  un gobierno de diálogo, abierto, transparente y participativo, que considerará todas las alternativas e ideas que se nos planteen, ya que estoy convencido de que todos los concejales y concejalas de este Ayuntamiento amamos a Huelva y queremos lo mejor para los y las onubenses.

Por tanto, cuento con todos vosotros y también con el que será el equipo de Gobierno, a quienes quiero agradecer el trabajo que han realizado hasta ahora, felicitarles y pedirles que lleven su compromiso con Huelva hasta las máximas consecuencias.

Con honor y con orgullo recibo la responsabilidad de ser vuestro Alcalde los próximos cuatro años, y os pido ayuda. Yo soy un onubense más, que como vosotros, quiere lo mejor para Huelva y tiene la oportunidad de intentarlo.

Aquí tenéis a vuestro alcalde, amigo y servidor. Y como decía Bob Dylan en la canción What can I do for you? “No importa cuán duro sea el camino, sólo muéstrame dónde comienza”.

Muchas gracias."

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