sábado. 03.08.2024
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Una treintena de onubenses pasaron por campos de concentración nazis

La historia que hay detrás de los fallecidos onubense en el campo de concentración de Mauthausen
Una treintena de onubenses pasaron por campos de concentración nazis

De ellos 13 fallecieron durante su periplo (12 de ellos en Mauthausen), otros 15 fueron liberados y dos consiguieron evadirse.

Sus nombres son casi impronunciables: Mauthausen, Buchenwald, Aurigny, Neuengamme y Dachau son algunos de los campos de concentración que permanecieron activos durante la segunda guerra mundial y en los que una treintena de onubenses terminó de una forma u otra. De ellos, 13 fallecieron (12 en Mauthusen considerado un auténtico infierno y una maquina del exterminio nazi) otros 15 fueron liberados en algún e incluso hubo dos valientes que consiguieron escapar de las fauces de la cruz gamada.

La decisión del Gobierno de incluir en el Registro Civil los nombres de los fallecidos en el campo de concentración de Mauthausen y Gusen ha reabierto la memoria de aquellos, republicanos en su mayoría, que terminaron probando la hiel del infierno.

La Magistrada-Juez encargada del Registro Civil Central ha publicado este viernes en el BOE un edicto que recoge el listado más completo de los españoles fallecidos en los campos de concentración de Mauthausen y Gusen, un total de 4.427 víctimas, para que los familiares y otros allegados de estos puedan presentar alegaciones y correcciones en el plazo de un mes. Transcurrido este periodo de alegaciones serán inscritos como fallecidos en el propio Registro Civil Central, condición que hasta hoy aún no tienen. Entre todos estos nombres, 11 pertenecen a ciudadanos de la provincia de Huelva, aunque entre los historiadores de Huelva se apunta a un duodécimo nombre.

Además de los 12 fallecidos en Mauthausen, hay que sumar el de Antonio Montero, natural de la capital onubense y que falleció en el campo de Flossenburg- Hersbruck el 5 de noviembre de 1944. 

La historia de los fallecidos en Mauthausen

Detrás de muchos de estos onubenses hay una historia que contar, y en algunos casos conocemos detalles gracias a la obra 'En tierra extraña. El exilio republicano onubense' de Jesús Ramírez Copeiro del Villar.

Por ejemplo, de Amador Maldonado García y nacido en El Campillo, sabemos que fue el penúltimo de ocho hermanos que ejerció de barbero y que posteriormente fue a la localidad de Pinto (Madrid) a ejercer esta profesión, fue suboficial del bando republicano al estallar la guerra, por lo que finalmente tuvo que exiliarse.

Antonio González Díaz, de Almonaster la Real, era conocido en su pueblo como 'El Cigarra' su oficio era el de fabricar cal en un horno de su propiedad, era presidente de la agrupación socialista de la Sierra y se unió a las tropas republicanas. Finalmente pasó a Francia y terminó muriendo en el campo de Mauthausen.

José Antonio Vázquez Sánchez era de Cortegana, el hijo de maestro de música, era impresor y además tocaba el piano. Combatió en Madrid con el bando republicano y tras la guerra terminó en Francia donde fue destinado a un campo de concentración. Es uno de los corteganeses que murió en Mauthausen junto a Eulogio Martín Martín, del que se conocen pocos datos ya que de joven se fue a vivir a La Rinconada (Sevilla), falleció en el campo de Gusen el 11 de julio de 1942.

Cinco de los protagonistas de los campos de concentración que murieron en Mauthausen eran naturales de Nerva. Es el caso de Nicómedes González Pablos, hombre de campo que huyó con la llegada de las tropas franquistas dejando mujer y una hija de 13 años en el pueblo a las que jamás volvió a ver.

A Francisco Fernández Villavieja casi nadie lo recuerda por que a los dos años se fue de Nerva con sus padres a Alcalá de Guadaira, aunque su destino fue el mismo. 

Más conocido era Francisco López Bermúdez, alias 'Frescales' que aunque nacido en Aracena ingresó en la compañía de Riotinto en 1925 como ayudante de enfilador en la corta Filón Norte, era afiliado a la CNT y participó en el huelga general declarada en la Cuenca Minera por el golpe militar.

Pedro López Martín nació en Mina Peña del Hierro e ingresó en la compañía de Riotinto en 1924 como palero en Cementación Cerda. Su hermano era el alcalde socialista en Nerva en 1934.

Por último, de Nerva también era Román Navarro Valera, dependiente de un comercio que pertenecía a las Juventudes Socialistas, la guerra le sorprendió cumpliendo el servicio militar en Cartagena. Aunque durante la guerra pudo conocer a su compañera sentimental en Reus y huir con ella a Francia, finalmente el destino le deparó el infierno de Mauthausen.

De Tharsis era Antonio Redondo Arenas, alias Guarín, minero de la compañía de Tharsis fue despedido por su pertenencia a la UGT y considerarse comunista. Se dedicó entonces a arrancar jara en el monte. Dicen de él que participó en la quema de imágenes religiosas de la ermita de Santa Bárbara ya que era abiertamente anticlerical. Con la guerra se integró en el Batallón Riotinto y luchó en la Batalla del Ebro y la de Somosierra, acabó como el resto de los protagonistas de esta historia, en un campo de concentración.